martes, mayo 16, 2006

La crisis de los trabajos

Cada día está más cerca el fin de curso. Bueno, más que el fin de curso, yo espero a los días esos en los que no va casi nadie a clase, porque te llevas un estupendo sabor de boca del instituto. Sin embargo, este año, en tercero, estoy apreciando que no solo este curso es más difícil que segundo, sino que para mí los días de trabajo son pocos, pero muy intensos. No sé qué extraña fuerza de la naturaleza hace que las fechas de entrega de trabajos, libretas y otros coincidan sobre el mismo tramo de la semana, y que sin embargo el jueves por la tarde comience "mi" fin de semana. Resulta curioso.
Sin embargo, lo que quería contar en esta entrada es un problema que tengo y que no sé cómo solucionar. Os doy dos puntos de vista:
- Una persona con la que estoy haciendo un trabajo en grupo ha buscado la información que se le pedía, la entregó tarde y sin tiempo para hacer correcciones.
- Esa misma persona ni siquiera se leyó su parte del trabajo, necesité la ayuda de una tercera persona para recomponerlo, y precisamente no creo que sea la mejor parte del trabajo.
Y el problema aquí es que todos tenemos razón desde nuestro punto de vista.
Parte del grupo quiere que se le expulse del trabajo, lo que seguramente conllevaría a un suspenso de la asignatura. Afirman que si no se ha molestado en hacer el trabajo y además lo entregó el último día posible, es su problema.
Por otro lado, están los que no quieren echarlo porque dicen que algo se ha esforzado y que no le hemos dado margen para que repita el trabajo. En este último punto me atrevo a quitarles la razón, porque esa persona entregó el trabajo en el momento que quiso. Entonces apenas faltaban 36 horas para dejar el trabajo listo y preparado.
Y cada uno lleva razón, mientras yo estoy en medio por el cargo de coordinador del grupo que me ha sido dado de facto, a la par que me pregunto qué culpa tengo yo, por qué tengo que ser yo el mensajero. Nadie se atreve a hablar claro, y faltan 17 horas para la exposición. Cierto es que me parece rastrero echarle una vez que se ha molestado en prepararse la presentación. Me parece que ha pasado el momento.
Lo único que yo quiero es permanecer al margen mientras se decide qué se va a hacer, pero lo que consigo es que para unos estoy de parte de los otros; y para los otros estoy de parte de los unos.

Pero aún queda lo peor, y es que ahora para algunos soy un pardillo, con la excepción de que cuando a otros les salvé el pellejo era un amigo. Cuánta hipocresía rezuma por nuestros poros.

Ahora comparo la situación actual con la que describo en la entrada de justo aquí debajo y veo que me repito como el ajo verde. Quizá es que somos igual de cerdos para todo.
The awful truth

3 Comments:

At martes, mayo 16, 2006 9:08:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

Yo lo echaba del grupo

 
At lunes, junio 12, 2006 9:33:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

YO APOYO A FELIX L,O ECHABA A PATADAS MIRA... SIN CONTAR

 
At lunes, junio 12, 2006 9:33:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

YO APOYO A FELIX L,O ECHABA A PATADAS MIRA... SIN CONTAR

 

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